La obesidad es preocupante en España, aunque las cifras disten de países como Estados Unidos. Laura González, responsable de Salud y Nutrición de Nestlé, habla en “El Bisturí” sobre este problema y da algunas claves para subsanarlo.
¿Qué es la obesidad?
Se define como el exceso de peso a expensas del tejido graso. Para su determinación normalmente se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC), que es el peso en kilogramos dividido entre la altura en metros al cuadrado. Cuando este es superior a 30 hablamos de obesidad.
Un IMC entre 25 y 29,9 se considera sobrepeso. Para su correcto diagnóstico en clínica, este índice se suele correlacionar con otros factores, como el tejido graso, valor importante para determinar el porcentaje de grasa del peso de la persona.
Puede darse el caso de que la persona tenga un exceso de tejido magro, mayoritariamente de masa muscular, pero no de tejido graso, y en este caso, no hablamos de obesidad.
¿Es alto el índice de obesidad?
Aunque en España las cifras de obesidad no son tan altas como en Estados Unidos, los expertos indican que están aumentando de forma alarmante. Una de cada dos personas adultas sufre sobrepeso u obesidad, con una prevalencia del 15,5 % de obesidad y del 39,2 % de sobrepeso.
En el caso de la infancia, las cifras son del 23,2 % de sobrepeso y del 18,1 % de obesidad, según el último estudio ALADINO de vigilancia de crecimiento y alimentación, actividad física, desarrollo infantil y obesidad; cuatro de cada 10 niños, están en una situación de exceso de peso.
Se trata de un problema de salud pública y de magnitud cada vez mayor. La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad lo considera el problema de salud pública más importante que tiene hoy el sistema sanitario. Además, la obesidad tienen enormes consecuencias sociales, económicas y sanitarias.
Y muy importante: debe abordarse desde el inicio. Los niños son los más vulnerables porque el exceso de peso si no se corrige a tiempo, cuando éste alcance la edad adulta, será muy difícil de corregir. Es un gran error por parte de los padres dejar que el niño engorde pensando que cuando crezca ya adelgazará. Sabemos que aproximadamente el 80 % de los niños y adolescentes obesos lo seguirán siendo en la edad adulta.
¿Existe preocupación sobre la obesidad?
Existe poca conciencia entre la población de que la obesidad es un problema de salud pública. Únicamente en casos extremos de obesidad mórbida existe esta percepción. Hay que concienciar a la población de que la obesidad es una enfermedad, y como tal hay que tratarla. Es importante empezar a tomar medidas en los primeros estadios: ponerse en manos del profesional sanitario y seguir las pautas y tratamientos que nos indique.
¿Por qué se produce? ¿Es hereditaria o existen otros factores?
Ojalá lo supiéramos. Es una enfermedad multifactorial, que suele iniciarse en la infancia y en la adolescencia. También es cierto que los factores genéticos contribuyen a su instauración y cada vez se está investigando más en este sentido. Sin embargo, los hábitos alimentarios y el estilo de vida siguen considerándose las causas más importantes en su desarrollo.
¿Cómo se trata la obesidad?
El primer paso para afrontar este problema es la prevención. El tratamiento precoz es sumamente importante. Las estrategias de salud pública tienen que ir enfocadas más allá de la información, como por ejemplo prohibición en los colegios de algunos vendings o facilitar la actividad física en escuelas y también en las empresas. En definitiva: actuaciones que modifiquen los hábitos.
En el ámbito familiar la elección de los alimentos por parte de los padres para toda la familia y la realización de actividad física diaria, son los factores que más contribuyen a que los niños no presenten sobrepeso. Para luchar contra este trastorno es necesario que los padres tengan alimentos saludables en casa. Frutas, verduras, frutos secos, legumbres, productos integrales y lácteos bajos en grasa como leche o yogur, y que prediquen con el ejemplo.
Los niños son unos grandes imitadores, así que los padres debemos ser el mejor ejemplo para nuestros hijos. Si les ofrecemos productos saludables y los adultos nos alimentamos también de manera equilibrada, los niños también lo harán.
Entre todos: industria alimentaria, instituciones públicas y privadas, profesionales de la salud etc, debemos ser capaces de que resulte sencillo aplicar las recomendaciones nutricionales e incorporar a esta rutina diaria los hábitos saludables a la hora de comer.
Es fundamental aplicar consejos y herramientas útiles porque sabemos que ello contribuirá a mejorar sin duda la salud de los niños.
En Nestlé hemos elaborado el proyecto Nutriplato, una herramienta de educación nutricional: está compuesta por un plato de tamaño real que muestra las proporciones de los grupos de alimentos que debería componer una comida principal saludable.
Ya sea la comida o la cena, para los niños de cuatro a 12 años de edad. Este plato, donde el niño puede comer, es un plato real, se acompaña además de una guía explicativa que va dirigida a padres o cuidadores con información, consejos y recetas.
¿Cuáles son las claves para perder peso con garantías?
Si ya existe sobrepeso u obesidad, el objetivo del tratamiento es alcanzar el peso corporal adecuado de manera gradual y mantenida. Para ello siempre se debe consultar con el especialista y seguir sus pautas. Debe hacerse de manera individualizada y pactada con el paciente.
El tratamiento se basa en cambios en la dieta, en el estilo de vida, y disminuir el sedentarismo con actividades diarias que estén adaptadas a cada individuo. La restricción diaria es necesaria, no solo para perder peso sino también para mantenerlo a largo plazo. Y para ello el ejercicio físico es de gran ayuda. Lo más difícil es siempre mantener los cambios.
Cuando perdemos peso es inevitable también perder masa muscular, aunque si la dieta mantiene la cantidad de proteínas adecuadas, estas pérdidas se minimizan. El ejercicio físico también será clave para conservar la masa muscular durante esta pérdida de peso.
Hay que recordar también que un peso saludable puede no coincidir con un peso estético. Los objetivos siempre han de ser razonables y posibles de alcanzar. Por ejemplo: en un paciente obeso, una pérdida de peso entre un 5 % y un 10 % ya comporta muchos beneficios para su salud.
Autora: Angela Arrizabalaga | MADRID/EFE
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