Las enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardíacas y aquellas que afectan el sistema respiratorio son las principales causas de mortalidad a nivel mundial. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó acerca de las enfermedades no transmisibles como la principal causa de muerte en el mundo, las cuales afectan a más de 40 millones de personas en el mundo.
En este sentido, la OMS indica que el 80% de los decesos ocurren en los países subdesarrollados o con ingresos bajos, donde la pobreza, el crecimiento de la población, la urbanización rápida y la comercialización de productos perjudiciales para la salud son las principales causas que agravan la situación.
¿Cómo ayuda la dieta a la salud integral del organismo?
Una dieta saludable no solamente ayuda al organismo a protegerse de la malnutrición en todos sus sentidos, sino que además permite evitar las enfermedades no transmisibles como la diabetes, el cáncer y los accidentes cerebrovasculares. Precisamente, la OMS advierte que la falta de actividad física como así también una dieta insalubre, son los principales factores de riesgo a nivel mundial.
Es importante destacar que los hábitos de alimentación saludable comienzan desde los primeros años de vida y siempre se debe tener en cuenta que la ingesta calórica debe ser de manera proporcional al gasto que se realiza a diario. Diversos estudios científicos indican que las grasas no deberían superar en ningún caso el 30% de la ingesta calórica total diaria para evitar el aumento de peso.
La lactancia materna favorece el desarrollo saludable y mejora el área cognoscitiva del neonato, proporcionando beneficios a largo plazo, como la reducción del riesgo de presentar obesidad y de padecer enfermedades no transmisibles en las diferentes etapas posteriores de su vida.
Menos sal y más frutas e infusiones
Los diferentes Estados Miembros de la OMS acordaron ciertos objetivos, entre los que se encuentran: reducir el consumo de sal entre la población mundial en un 30% además de detener el progresivo aumento de la obesidad y la diabetes de aquí al 2025.
La Organización Mundial de la Salud aconseja incluir a las frutas, verduras y hortalizas entre las principales fuentes de nutrientes para el organismo. En este sentido, se debe ingerir al menos 5 frutas diarias o el equivalente a 400 gramos, lo cual contribuye a reducir de manera significativa el riesgo de desarrollar cualquier clase de enfermedad no transmisible además de garantizar una ingesta diaria suficiente de fibra.
Las infusiones como el té verde o bien el mate, infusión característica de América del Sur aseguran el aporte diario de antioxidantes. De este modo, se evita la oxidación y alteración de las células del cuerpo o su ADN en el peor de los casos.
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